LA LIBÉLULA: PROCESO ALQUÍMICO

LA LIBÉLULA: PROCESO ALQUÍMICO
Este sorprendente insecto destaca por ser considerado elegante y ligero. Pero no siempre fue así, ya que sus primeras etapas de vida las empleó en un medio acuático como una extraña larva, siendo destacado depredador. Su metamorfosis es extraordinaria, pues cuando ya ha madurado en sus aprendizajes, es cuando está preparado para impulsarse hacia el medio terrestre, toma oxígeno y comienza su espectacular proceso de transmutación. Su marcada evolución simboliza el poder de cambio, transformación, renovación, sabiduría e iluminación. Tiene cualidades muy especiales, pues se impulsa hacia adelante, hacia atrás, arriba, abajo y hacia ambos lados, e incluso mantenerse suspendido fijo en el aire.. con unos peculiares ojos que le sirven para poseer una capacidad óptica de observar lo que ocurre a su alrededor en un espacio de 360 grados.

viernes, 16 de septiembre de 2011

EL SOL: ARCANO XIX DEL TAROT

No debe de extrañarse una cuando lee o escucha  que "casualmente" una estrella ha caído en su jardin. No es más que una metáfora que suplica una situación de confort y de resistencia, de fuerza y valentía para encarar lo imprevisto y lo imaginado. 

  Sin tenerlo como precaución, hay una estrella allá en lo alto que procura hacernos sentir lo mismo, inseguros y grandes a la misma vez, dependientes y comedidos, sanos y vibrantes. 

   Su luz es ésa Luz a la que todos deseamos aspirar a reconocer en nuestro Ser, nos venimos componiendo últimamente de conciencia y observación,.. y nos está invitando a reunir todas aquellas porciones dispersas de nosotros mismos para poder recomponernos tras un trabajo contínuo  y llegar a ello. 

  Se nos supone que nos devuelve esa vitalidad necesaria para acompañarnos en nuestro camino, para apreciar que aquello que vendrá será proximamente parte de nuestra esencia, que será la totalidad y el tiempo de disfrute.

   No obstante con la seriedad que caracteriza a esta ilusión, no debemos separarnos ni pararnos en nuestro caminar ascendente y sí dejar que su brillo nos guíe, procurando atravesar los jardines de la existencia de una manera comprometida e insultantemente dilettante. La falta de ambos preceptos nos llevan a investigar contínuamente de dónde somos y qué estamos haciendo...  llegaría a entorpecernos. La marcha natural de seguir el rumbo del Sol, complace los sentidos y a la vez, nos sirve para acompasarnos en la plenitud deseada.



     Texto: Luisa  Blanca

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